De cómo ir al cine es ahora una tortura

noviembre 30, 2010

En esos días de invierno en los que lo que más te apetece a media tarde es meterte bajo una manta con siete capas de ropa encima, es cuando llega una propuesta para ir al cine. Y vas. Que no se diga. Que si no, termina el día y miras atrás y no has hecho nada.

Pero si salir del sueño de una tarde de calorcito y chimenea cuesta, más cuesta ir al cine. En todos los sentidos.

En la puerta, una taquillera no siempre de buenas pulgas te asesta la no despreciable estocada de 7,60 euros la entrada. Un disparate.

Te adentras en la oscura sala de cine a la vez que te preguntas a cuánto estará el minuto de luz. Que con tal de no darme una hostia contra cualquier butaca o paquete de palomitas olvidado, yo se lo pago…

Y por fin te sientas en tu butaca, a tiempo de descubrir que, pese a que en la puerta te han asegurado que tu asiento está centrado, te espera más bien una visión diagonal del asunto. Sólo queda rezar para que el de delante no sea un gigante. Y…¡bingo!

Empiezas a resoplar y clamas al cielo un poco de calma y paciencia. Hay que disfrutar. O, al menos, amortizar.

Cuando han pasado apenas dos minutos de película, el proyector empieza a juguetear y a enfocar. Más bien desenfocar. Y cuando te giras hacia atrás como única alternativa con la cara roja de furia y echando aire por la nariz con ganas de que el responsable se percate y adivine que quieres que vuelva a dejar nítida la imagen, percibes una sombra oscura que se acerca desde la parte trasera de la sala.

Y mientras murmuras entre dientes: «Por favor, que no venga a mi fila», «Por favor, que no venga a mi fila», como una jaculatoria, te lamentas porque, ¡Oh! ¡Sí!… venía a tu fila.

Un bolsazo, dos codazos y un par de pisotones después, te dispones, por fin, a ver la película. E intentas entender lo que dice la aclamada protagonista a la vez que los de delante comentan en voz alta la jugada, los de al lado se morrean apasionadamente y el de atrás mastica incansablemente puñados de palomitas que le cuesta rebuscar en el cubilete acartonado que las contiene.

El aliento a carajillo dominguero y cigarro reseco que me llega a pequeñas ráfagas desde la boca situada a mi izquierda me hace tomar la decisión definitiva. Y encima, la película suele ser un bodrio.

Con lo bien que estaba yo con mi manta…

Tigres, Ligres, Burros y Burdéganos

noviembre 8, 2010

Mi hermana es veterinaria y, aunque yo puedo decir sin tapujos que odio a los animales, algunas veces presto atención a sus historias, porque siempre se puede aprender algo interesante.

El otro día, me descubrió una cosa de la que yo nunca había oído hablar, pero que me dejó muy intrigada.

Resulta que hay varias especies de animales que, si se cruzan con otros de especies diferentes, dan lugar a híbridos extraños que, en sí mismos, constituyen una especie.

El más famoso de estos casos y que todos conocemos es, quizás, el de las mulas, que son cruces entre una yegua y un burro.

Pero lo que yo al menos no sabía es que también existe un «hermano pequeño» de las mulas llamado burdégano (?? y yo me pregunto de dónde saldría este nombre tan feo), que es la mezcla entre burra y caballo.

Burdégano

Burdégano

Mucho más increíble es el ligre!! Resulta que existe un animal que es mezcla de león y tigre.

Ligre

Ligre

Si es un león con  tigresa, se llama ligre; y si es tigre con leona, se llama tigón. El ligre es mucho más abundante porque es más impresionante y espectacular de cara al público (puede llegar a medir 4 metros y pesar más de 400 kilos, mientras que el tigon no llega a los 160 kgs).

Tigón

Tigón

 

Por cierto! Estos animales suelen darse sólo en cautiverio (es decir, es la mano del hombre la que los cruza), ya que los leones y los tigres suelen vivir en hábitats diferentes.

Cómo conocí a…

noviembre 8, 2010

Conocí al Señor Vinagre un martes cualquiera de octubre. Y de repente, como las mejores cosa en la vida.

Llevaba tiempo barajando con Gonzalo la idea de independizarnos pero, aunque yo lo había dejado para cuando se acercara más la fecha planeada, él no paraba de bucear en Internet buscando chollos en venta y pisos de alquiler en el centro.

En una de ésas, por casualidad (y cuando yo menos lo esperaba), dio con lo que parecía la opción ideal y una muy buena oferta.

Se trataba de una promoción de viviendas, pisos, a las afueras de Madrid, donde a nosotros nos gustaría instalarnos.

Un piso de 90m2 con terraza enorme y en una urbanización con piscina y pista de pádel.

Pese a que nunca habíamos hecho nada parecido, esa misma tarde fuimos a informarnos a la caseta de la constructora, y allí estaba él.

Un exageradamente aspaventoso clon de Julián Muñoz que era una mezcla casi perfecta entre el delincuente estafador ex-alcalde de Marbella y un abuelito entrañable.

Aunque las técnicas de venta se le notaban a leguas (y hacía que me entraran ganas de decirle «Ese truco conmigo no le va a funcionar»), el caso es que funcionó.

Salimos de allí decididos y seguros de que era la casa de nuestros sueños: terraza para hacer barbacoas y cenas con amigos, cocina propia en la que experimentar, dormitorio amplio, dos baños… y plaza de garaje y trastero incluidos: justo lo que necesitábamos para empezar.

Tras oír los pros y los contras y, en general, aprobaciones de nuestros padres, el 25 de octubre (a los 3 días), firmamos el primer preacuerdo y dimos la señal.

Visto así, hasta parece sencillo comprarse una casa dados los tiempos que corren.

Desmond, of course

May 23, 2010

Hoy, final y definitivamente hoy, la mejor serie de los últimos tiempos llega a su fin.

Después de 6 temporadas y algo más de cien intensos capítulos (121 en total), LOST desvela hoy el final de una trama que lleva tejiéndose a manos de Damon Lindelof, Jeffrey Lieber y JJ. Abrams desde 2004 y que tiene millones de adeptos en todo el mundo.

La cadena americana ABC, dueña de la serie, emite hoy el FINALE y, al tiempo que apuran las horas para conocer el desenlace, todos los «losties» del planeta se preguntan qué ocurrirá, cuál será ese esperado toque final…

Yo además me pregunto: ¿Qué personaje morirá en este último episodio? (porque doy por hecho que alguien caerá, como siempre en las grandes ocasiones) y, sobre todo, ¿cuál será el dato definitivo?

Yo, obviamente, me inclino por Desmond Hume. El escocés es una de las piezas clave de la serie que ha conseguido desconcertarme.

Al principio,cuando le conocimos indefenso en su búnker con la vital misión de teclear los famosos números para evitar el colapso de la isla, parecía que todo se iba a quedar en eso: en un tarado.

Sin embargo, el protagonista de una de las tramas de amor más intensas de la serie, se ha revelado en esta última temporada (aunque ya en otras anteriores apuntaba maneras) como un auténtico estratega y eje fundamental de la trama.

Su aparente inmunidad a la radiación magnética y su visión mágica y anticipada del futuro, han hecho de él el director de orquesta que guía a todos los personajes en esa especie de «futuro» que se nos desvelaba en esta sexta temporada y en el que todos viven en Los Ángeles y parece como que nada ocurrió.

Por eso, (y no es que yo sea especialmente visionaria, sino que parece haber quedado claro últimamente), me aventuro a decir que él tendrá en sus manos la clave del gran final de esta espectacularmente bien tejida trama de ciencia-ficción.

Pero además, me inclino a creer lo siguiente: ocurrirá algo (no sé exactamente qué), que pondrá a los participantes en una situación tan de vida o muerte que Desmond tendrá que tomar una difícil decisión: dejar morir a la isla y todos sus habitantes pero morir «felices con la experiencia vivida» o activar un mecanismo que la haga hundirse para siempre y que, además, borre de sus memorias (incluida la suya) para siempre todo recuerdo o noción de haber estado allí o de haberse conocido. El premio: que con esta nueva vida conseguirán la felicidad que ninguno de ellos tenía cuando se estrellaron.

Pero además, creo queda en el aire una pregunta trascendental: ¿Conseguirá el capítulo final cerrar correctamente la historia y dejar resueltos todos los enigmas y, con ello, satisfacer las espectativas de los fans?

La verdad, lo dudo. Mejor no hacerse muchas ilusiones.

De unas y otras pesadas cenas

May 23, 2010

De cena en cena, me he cruzado con todo tipo de especímenes.

Yo soy una persona de hambre fácil y, por tanto, de pocas tonterías a las horas de repostaje. Es decir, que como me llegue la hora, pobrecito del que me haga esperar.

Pero, precisamente por esto, suelo tener la gran maldita suerte de cruzarme con lo más granado de la sociedad y toda clase de personajes dispuestos a amenizar, a su manera, cualquier reunión.

Los peores son los típicos insolentes, descarados que, además, para más inri, suelen tener un vozarrón de ésos que monopolizan conversaciones.

Son de ésos que, además de darte la chapa con discursos egocéntricos, te dan repetidamente palmaditas en el pecho con el reverso de la mano al grito de «¿Y tú?», ¿Y tú?». Para que opines.

Y te entran ganas de decir: «Mira, yo lo que opino es que eres un desgraciaoooooooo».

Una buena cena debe disfrutarse con una conversación agradable. No?

Miedo a volar? Tonterias…

May 6, 2010

El miedo es irracional y, aun asi, todos tenemos miedos.

En mi caso, he de decir que soy extremadamente miedosa y, aparte de los miedos tipicos al fracaso o la soledad, tengo dos miedos principales:

1. A las ratas. Las odio a muerte. Solo ver una imagen o su simple sonido asqueroso que parece como la risita malvada de una bruja pequena y escurridiza, ya me puede hacer incluso ponerme a llorar. Y pobre del que este a mi lado, porque le puedo arrancar el brazo de un aranazo…

2. A los vuelos en avion. En realidad, me pasa algo raro cuando voy en avion porque, aunque se de sobra que es el medio mas seguro y que es practicamente imposible que el avion se caiga, parece que mi cerebro conoce esta informacion, pero no se la transmite a mi cuerpo. Asi que, aunque yo no me pongo nerviosa ni lo pienso demasiado, en cuanto hay una minima turbulencia empiezo como a hiperventilar pero sin darme apenas cuenta y a encontrarme fatal. Tengo siempre que respirar muy fuerte (tipo embarazada), y luchar con mi mente para dejar de sudar y que no me de un sincope.

Y, desde hoy, he anadido un tercer miedo a mi lista: el de no poder dormir. Es una sensacion horrorosa la de estar dando vueltas en la cama y no poder dormir porque no tienes ganas, porque te duele algo o porque estas excesivamente preocupado con un tema. Pero es infinitamente peor QUERER dormir y no poder.

Son las 6 de la manana y estoy en Copenhague de viaje con mi padre y mi hermana. Llegamos ayer y, despues del viaje y de una cena dificil porque tuvimos casi que pegarnos con la gente para conseguir que nos dieran mesa en algun sitio, llegue a la habitacion y no he podido dormir en toda la noche por los ronquidos infernales de mi padre (y porque en la habitacion hace un calor de demonios). Y, como siempre, adivina donde me ha tocado dormir:en el plegatin y encima al lado de la calefaccion, que da la casualidad que esta rota y no se puede quitar. Esta tiene todas las papeletas para haber sido la peor noche de mi vida. He dormido solo de 2:30 a 4:00, y nos acostamos a las 10:00, asi que imaginate el numero de horas que he estado dando vueltas en la cama. He probado todo: tapones, ipod en la oreja a todo trapo…y nada. Y claro, lo de la musica es mas bien una tortura al cerebro que un relajante, asi que a las 5 ya me he hartado, me he duchado y me he bajado a recepcion al menos a aprovechar el tiempo en algo… Pero estoy deseperadita. Sobre todo porque como sea asi todos lo dias, me sacan de este pais en ambulancia.
Y lo que aun no puedo entender es que mi hermana, que esta mas cerca de el, pueda dormir!! Es increible!!
Mi miedo ahora, mas que encontrarme una rata o tener que coger de nuevo el avion el sabado, es a llegar de nuevo esta noche a la habitacion y que los rebuznos horribles e incansables de mi padre me vuelvan a dejar sin descansar…

Por más gente como él

abril 30, 2010

Menos mal que en el mundo aún queda gente como Joaquín.

Joaquín es un hombre de unos 40-45 años, alto ejecutivo de una gran empresa internacional dedicada a temas inmobiliarios.

El otro día, hace apenas una semana, un sábado, Joaquín se acercó a un supermercado de su zona a hacer algo de compra y, al ver que en la puerta había un hombre mendigando, se paró a hablar con él.

El hombre, que estaba medio ciego y tenía un ojo con bastante mala pinta, le contó que era de Praga y que había venido a España a probar suerte, pero que había ahorrado lo suficiente para volver a su país porque aquí la cosa no le estaba yendo demasiado bien. El martes tenía el vuelo.

Al preguntarle por su ojo, el checo respondió que tenía 13 dioptrías de miopía y que se le había roto un cristal de sus gafas, por lo que no podía ponérselas.

Joaquín entró en el supermercado y salió con dos bolsas llenas de patatas fritas, embutido y comida para el checo. Le deseó suerte y se marchó a su casa.

Pero Joaquín no es como las demás personas. Su encuentro con el mendigo del supermercado le hizo dar vueltas y más vueltas durante toda la noche y, al día siguiente, estudió todas las maneras posibles de conseguir comprar unas gafas para el checo.

Había sido hasta hacía poco tiempo gerente de un gran centro comercial de Madrid, por lo que llamó a la óptica del centro y preguntó si podrían hacerle unas gafas para el día siguiente. Nada. Imposible.

Tras mucho investigar (recordemos, domingo), consiguió encontrar una óptica donde le hacían unas gafas de 13 dioptrías en el plazo de un día. Las encargó, pagó alrededor de 70 euros y, dado que él el lunes trabajaba, mandó a su mujer al supermercado a entregarle las lentes al mendigo que, por cierto, está embarazadísima.

Pero, no contento con eso, el martes Joaquín se levantó con la historia aún en la cabeza. Llenó una maleta con ropa y varias cosas y enfiló María de Molina y la A-2 en dirección al aeropuerto. Recordaba de su conversación con el mendigo que era el martes cuando volaba, y miró en la página web de AENA la hora exacta para no equivocarse.

Cuando llegó al aeropuerto, se dio cuenta de que no podría pasar a la puerta de embarque sin un billete. Aunque habría sido perfectamente capaz de comprarse un billete, habló con un vigilante (o Guardia Civil, o lo que fuera) y le contó toda la historia: que estaba buscando a un mendigo, al que le iba a entregar ropa y comida, que era muy importante etc. Sin dudarlo demasiado, el vigilante le dejó pasar sin ningún problema y, una vez dentro de la zona de embarque, Joaquín tuvo la suerte de encontrarse con el checo. El pobre hombre alucinó tanto que se echó a llorar y no dejó de dar las gracias y de preguntar por qué. Por qué él había podido tener tanta suerte. La suerte de encontrarse con alguien como Joaquín.

Y que lo más fuerte sea que yo no dejo de pensar en la noche que debió pasar ese vigilante cuando cayera en la cuenta de las consecuencias que podría haber tenido lo que había hecho…

Secretos varios

abril 27, 2010

Me encantaría trabajar en un medio de comunicación de verdad para poder dar salida a la cantidad de rumores (pero ciertos) que últimamente están llegándome por varios frentes…
Puede que si yo trabajar de verdad en un medio nadie me los contaría, pero como tengo este blog y nadie lo sabe, puede ser una buena manera de darle salida a mis ganas de gritarlo a los cuatro vientos!!

1. Raúl se va a Londres. Fuentes cercanas me han informado de que Raúl González, y sobre todo su mujer Mamen, estarían pensando en unirse al accionariado de un famoso restaurante japonés de Madrid, que piensa abrir nueva sede en Londres. El futbolista y su esposa sólo participarían del negocio en la capital británica.
Se trata del restaurante Kabuki, que posee una estrella Michelin y que tiene tres sedes en Madrid (una de ellas en el hotel Wellington).
La razón por la que la modelo y el jugador del Real Madrid estarían dispuestos a invertir dinero en esta nueva apertura es porque planean cambiar su lugar de residencia a Londres, previsiblemente porque Raúl, lejos ya de sus grandes éxitos en el club del Bernabéu, ve su futuro próximo en alguno de los clubes británicos. De momento están buscando local para Kabuki en alguno de los más prestigiosos barrios de la ciudad del Támesis.
2. Nuevo circuito en Madrid. Ha pasado por mis manos un principio de acuerdo entre varias empresas dedicadas a la organización de eventos deportivos por el cual se comprometen y hacen una declaración de intenciones para crear ( ahora sí, y después de tantos rumores falsos), un nuevo circuito de velocidad en Madrid. De momento desconozco en qué ubicación, pero parece que esta propuesta tiene visos de realidad muy fiables y que el proyecto podría estar en marcha en menos de dos años.
3. Transplante de cara completo en el Vall d´Hebron de Barcelona. Hace pocas semanas, me enteré de que en el Hospital Vall D´Hebron de Barcelona habían realizado un transplante de cara a un chico joven. Llevaban varios meses esperando y, en cuanto apareció un donante adecuado, se embarcaron en la operación, que duró más de 22 horas y que ha sido la primera operación de trasplante completo de cara del mundo.
Es difícil encontrar donante para este tipo de intervenciones, porque es necesario que la cara de donante y receptor sean de medidas aproximadas en todos los sentidos.
El caso es que esa operación fue filmada por cámaras de televisión contratadas por el mismo hospital. Este video lo utilizarán de forma interna, no para distribuirlo a medios. Además, están esperando a que el receptor se adapte y recupere, para poder decir que ha sido un éxito rotundo y no adelantarse a los acontecimientos y a lo mejor luego tener que retractarse.
El intervenido ha sido un chico joven que se disparó un rifle en la cara y llevaba varios años sin salir de su casa excepto a las 7 de la mañana, cuando no había nadie en la calle, para sacar a su perro. La familia es poco amiga de los medios y ya ha expresado su intención de mantenerse al margen de este tipo de acciones.

Crema de Zanahorias

abril 27, 2010

Nada más lejos de mi intención el usar este blog para compartir recetas de cocina, pero es que esta semana me toca hacer de ama de casa y acabo de hacer una crema de zanahorias bueníiiiiisima.

Y he pensado: ojalá encontrara recetas fáciles y sanas por ahí en vez de tener que meterme en aburridísmas webs de cocina para encontrarlas. Así que ahí va:

Primero hay que cortar 2 puerros en rodajas y ponerlos a pochar en una olla con medio dedo de aceite. Cuando estén blandos, se echan 7 zanahorias (previamente peladas y cortadas en trozos) y dos patatas (también peladas y cortadas) pequeñas. Además, un puñadito de sal, otro de pimienta blanca al gusto y una porción de caldo Maggi. Se echa a toda la mezcla un par de vasos de agua (lo justo para cubrir, pero no ahogando) y se deja hirviendo más o menos media hora.

Para saber cuándo está listo, hay que ir pinchando poco a poco la zanahoria para ver cuándo está blanda. Pero más o menos es media hora- 40 minutos. El toque final es echarle un poco antes de sacarla del fuego tres quesitos El Caserío.

Cuando se termina de hacer, hay que apartarlo del fuego y pasarlo por la minipimer.

Suerte!!

Ruido en la redacción

abril 25, 2010

Es cierto que cada vez hay más redacciones silenciosas. Entras en una y, en vez de oír conversaciones, griterío, risas…oyes el teclear de miles de dedos sobre ordenadores de última generación (o no tan última), y gente chistando para que te calles.

Las máquinas de café no son lugares de encuentro. Son el respiro perfecto para no morir del aburrimiento y donde gastar tu triste sueldo en un poco de cafeína que te ayude a no morir del sopor.

Las redacciones de hoy en día son un rollazo. Cuando yo entré en la carrera lo hice (además de por otras razones), porque había visto cientos de películas en las que un periódico era la cocina de un caso de dimensiones estratosféricas (Watergate, por ejemplo!) y quería estar allí. Formar parte de eso.

Ahora, entre que hay de todo menos cosas interesantes en ellas y que parece que el único fin del periodismo es aguantar y aguantar miles de horas con un sueldo de risa, o sin sueldo, ya no quiero eso.

Quiero escribir y contar cosas. Eso sigue igual. Pero no quiero que para poder hacer lo que me gusta tenga que renunciar a tener vida, o a poder independizarme o a pasar tiempo con quien me apetezca…

El periodismo es mucho más que todo eso. Ayer estuve en Madrid en unas charlas con Ramón Lobo, corresponsal de El País. (También estaba un francés, pero era tan poco interesante el pobre que no voy ni a mencionarle).

Ramón Lobo inspira. A mí hace ya tiempo que dejaron de impresionarme los periodistas estrella que nos traían a la Facultad para mantener viva nuestra ilusión. Ésos que contaban que habían estado en Bosnia, en Afganistán y en el meollo de todos los grandes acontecimientos del siglo XX. Y que nos dejaban a todos pasmados y con una única frase en la cabeza: “Yo quiero ser como tú de mayor”.

Ya me he caído del guindo y no me impresionan. Pero Ramón Lobo inspira porque, siendo como todos ellos, no lo es. También es un corresponsal tremendo e importante, pero dijo frases que comparto totalmente como : “Yo mientras me paguen a final de mes, me da igual” o “El periodismo ciudadano no es periodismo”.

Lo que contó ayer en el III Café Periodismo da para miles de artículos, pero me quedo con lo importante que me parece que un tío como él hable de que le importa el sueldo.

Desde que entramos en la carrera o en una redacción (en prácticas esclavas, por supuesto), nos dicen eso de “el periodismo no tiene horarios” y acatas sin opción de réplica que, como te digan que te quedas hasta las 11 de la noche, te tienes que quedar. Que como te digan “no continúes con esa historia, que perjudica a nuestros anunciantes”, te tienes que callar. Que como te digan …cualquier cosa. Tienes que asentir porque si no te miran mal.

Eso no es periodismo. Es esclavismo. Y parece que sólo si acatas que las cosas son así, eres un periodista de verdad. Un periodista de pro, de los buenos. No es así para nada. Somos humanos igual que todos y yo, igual que quiero tener una historia o sacar a la luz algo interesante, quiero tomar el aperitivo los domingos con mis amigos o cenar con mi novio el día de nuestro aniversario.

Por eso reivindico el periodismo de verdad. El periodismo con horarios. El periodismo con el horario marcado por una historia, no por un jefe retrasado.

Reivindico la vuelta de las redacciones ruidosas donde se cuecen cosas. Donde la gente entra y sale corriendo porque tiene que llegar a una cita, o porque tiene que ponerse rápido a escribir una crónica que como no pase a letra rápido se le irá de la cabeza.

Reivindico el periodismo de autor en el que lo importante no sea quién es el autor, ni su firma, sino que lo que cuente esté hecho con mimo y estilo personal. Con el mimo de dedicarle tiempo a lo que realmente importa: a escuchar historias para contarlas. Y no a mandar callar para silenciar redacciones. Hay muchas formas de tener voz aunque nos hagan estar callados.